Ya
estaba casi donde me paro siempre a observar el paisaje del bosque, en un
arroyo junto a un gran árbol con forma de hoguera (es como si las ramas fuesen
llamas que salen del tronco, no sé cómo explicarlo). Allí me siento cuando me
siento triste o sola, cuando quiero pensar o simplemente cuando no quiero que
nadie me moleste.
Me encanta dibujar, y este lugar es el sitio perfecto para
ello.
Dama no
suele aparecer cuando yo quiero, es libre y puede hacer lo que quiera. Pero hoy
tenía un sentimiento que no me gustaba… Seguramente sean imaginaciones mías o
quizá no. Solo sé que aquella tarde Dama no apareció. Ya se estaba haciendo
tarde, llevaba en aquel bosque casi ocho horas, no había pasado a comer así que
cuando llegase a casa seguramente me regañaran. Y ahora no podré volver al
galope, sino que tendré que volverme andando.
De
camino a casa el bosque estaba tranquilo, los arboles cantaban con el silbido
de sus verdes y grandes hojas, los pájaros cada vez se dejaban ver menos, y el
paisaje se iba volviendo cada vez más anaranjado. Pero sabía que no estaba
sola, lo sé.
Al ser
una shek esas cosas se detectan en seguida, pero ¿quién querría seguirme por un
bosque que nadie conoce? ¿Sería alguien de mi familia? No, sino no tendría esta
extraña sensación. ¿Y si era Kimara que quería explicarme mejor el motivo de su
visita? Nunca lo sabré, porque decidí salir corriendo bosque abajo hasta llegar
a mi casa. Si alguien quería atraparme no sería tan fácil, conozco este bosque
casi mejor que mi propia casa. Y en caso de emergencia me transformaría en
shek, pero mi padre me ha dicho que intente no transformarme en shek para
evitar que alguien me vea. Solo lo hago cuando estoy con él. Cuando estoy a
salvo.
Cuando
por fin llegué a casa ya casi eran las ocho de la tarde. Y todos estaban
empezando a preparar la cena. Todos se giraron de golpe al ver que entraba en
casa con una loca histérica, me di cuenta de lo que estarían pensando de mí en
ese mismo instante e intente relajarme un poco. Sea quien fuese el que me
buscaba aquí no me haría daño.
Para mi
sorpresa nadie me preguntó que me había pasado en el bosque, solo que si había
ido a galopar con Dama. De pronto sentí un pinchazo en el pecho, no la había
visto en toda la tarde y eso no era normal. ¿Y si el que me perseguía le ha
hecho algo? ¿y si se la ha llevado porque ha visto que en ella hay algo
“mágico”. No podía permitirlo, a ella no se la podían llevar.
oooooo cap. precioso!!!!*.*!!! me ha encantado!
ResponderEliminarsige asiiii
besos M.T